5 de octubre 2023 | Apartado - Antioquia

Una sonrisa resplandeciente se dibuja en el rostro de Gustavo y lágrimas de felicidad corren por sus mejillas mientras cuenta su historia que tiene algo interesante en particular.

El jueves 29 de junio del año 1989 el hombre al filo de la fe como se llama así mismo Gustavo Enrique Pérez González entrego su vida a Jesús después de haber pasado por tantas preguntas, dudas y situaciones difíciles en su vida, ese día fue el pastor Dionisio Serrano quien ofició esta ceremonia tan importante en la vida de Gustavo.

Gustavo nació 6 de febrero del año 1972 en una familia poligamia donde su padre tenía 3 esposas de las cuales tuvo 18 hijos

“Mi padre nos enseñó modales, pero era un hombre tacaño con el dinero y les dio mucho apoyo a mis hermanos mayores menos a mí, sentí muchas veces su desprecio hacia mí” cuenta Gustavo

A su corta edad Gustavo tuvo que abandonar sus estudios por la repentina muerte de su padre y se convirtió en el sustentador de su familia.

Luego empezó a asistir a la Gnosis (creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a la materia, el ser supremo frente al Demiurgo, el espíritu frente al cuerpo y el alma) por invitaciones de sus amigos, pero veía que algunas cosas no coincidían y de allí empezó a congregarse en una iglesia cuadrangular, pero seguía sin encontrar paz y respuestas a sus preguntas.

Luego llego a una iglesia pentecostal, pero seguía con dudas y fue allí donde conoció el evangelio adventista por medio de un colportor adventista llamado Gustavo Guerrero el cual Pérez no sabía quién era.

El colportor llegaba todos los lunes a la casa del pastor de la iglesia Pentecostal y se sentaban a hablar hasta que un día.

"Yo estaba haciendo el aseo de la iglesia con otros hermanos y vi como saludo el pastor a ese hombre y le dijo:<Hermano mi corazón se alegra en verle, Dios le bendiga> y eso me lleno de curiosidad porque nos enseñaban que solo podíamos llamar de hermanos a solo los de nuestra religión” dice Gustavo

Gustavo vio como el pastor llevaba al colportor a un lugar especial y apartado de las demás personas, allí empezaron a hablar y eso aumento su curiosidad.

Desde ese día se propuso averiguar qué pasaba y se dio cuenta que el pastor tenía una biblioteca secreta con candado, eso lo puso más investigador, y después de mucho tiempo un día Gustavo vio que el candado quedo abierto, entro y abrió la biblioteca en ese momento con lo que vio entendió porque su pastor hablaba de guardar los mandamientos, comer sano y no gritaba al predicar.

“Mi pastor era diferente a los demás pastores pentecostales” afirmo Gustavo

Vio allí entre 20 y 30 libros del espíritu de profecía y salud entre ellos: El conflicto cósmico, el mundo revelado, historia de patriarcas y profetas etc. Pero fue sorprendido por su pastor en ese lugar quien le pregunto qué hacia allí a lo cual Gustavo le pregunto que si por qué compraba libros de otra denominación

“Esta no es tu iglesia ni la mía por favor sal de aquí, un día lo entenderás fue lo que me dijo” cuenta Gustavo

Gustavo salió de allí y nunca volvió a esa iglesia, retomo sus estudios y empezó a asistir a clases en la noche mientras seguía trabajando para sostener a su familia.

Un día en una clase de religión la maestra les pregunto en que santo creían entonces una compañera respondió que ella creía en el único y soberano Dios creador del cielo y la tierra, cuando se terminó la clase Gustavo se acercó a ella y le pidió que le explicara más sobre ese Dios, y el sábado siguiente acepto la invitación a asistir a el culto, desde ese día empezó a asistir a la iglesia hasta un jueves que se bautizó.

Y allí empezó su caminar con Jesús hasta que en el 2014 su fe fue probada en gran manera ya que su esposa fue atropellada, su hija contrajo una bacteria en una de sus manos y su hijo empezó a tener algunos síntomas extraños sin explicación, el lugar donde vivían fue inundado y lo perdieron absolutamente todo.

Allí sintió que su vida se asemejaba a la de Job e hizo suyo los versículos de Job 8: 5 al 7, pero después de la prueba Dios recompensa y Gustavo Pérez es una prueba de eso.

Hoy a sus 51 años Gustavo es un evangelista nacional e internacional que predica y habla sobre las maravillas que Dios hace, es docente de profesión y entrenador de Futbol.

Con el deseo de escribir su libro titulado UN HOMBRE VIVIENDO AL FILO DE LA FE donde estarán escritas 52 experiencias de su vida para leer mientras se recibe el sábado.

Las palabras del Hombre que vive al Filo de la Fe son las siguientes:

En mi vida solo sé que, andar con Dios refresca la vida, ya que por mucho tiempo me pregunté ¿porque pasaba por tantas dificultades?, ¿Porque las enfermedades tocaban mi familia?, ¿por qué vivíamos en la escasez?, ¿porque si esperaba en Dios terminaba desesperado, y me dolía el corazón?, pero justo en ese preciso instante venía a mí la palabra de Dios recordándome que no hay victoria si no hay batallas, comprendí entonces que en medio de todas mis luchas, pruebas y temores ¡VÍ! a Dios obrar en Mí y le escuché decirme Job 8:5-7, y que siempre le contemplara Job 22:21, que jamás dejará de contarle mi pensar Salmos 120:1 que SIEMPRE estará conmigo, que NUNCA me abandonaría Salmos 55:22, por eso YO LE CREO A DIOS y vivo por la Fe, puedo perder cosas, aún mi familia, no abandonaré ni la obra ni la senda que el CREADOR ME DIO  ya qué Él me AMA. Y Salmos 138:8 viene por Mí y mi Familia. Vivan al filo de la Fe.”

 

 

Redacción: Gina Reyes | Comunicaciones Asocentro






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